1. A continuación paso a narrar el relato acerca de Tadeo. La noticia de la naturaleza divina de nuestro Señor y Salvador Jesucristo se extendía a todos los hombres debido a su poder para llevar a cabo maravillas, y atrajo a numerosas personas (incluso a extranjeros alejados de Judea) con la esperanza de curación de sus enfermedades y de todo tipo de sufrimiento.
2. Así se encontraba el rey Abgaro, que gobernaba muy diestramente sobre los pueblos de más allá del Eufrates, y su cuerpo se iba destruyendo por una enfermedad terrible e incurable dentro de las posibilidades humanas. Por lo tanto, cuando el nombre de Jesús llegó a él reiteradamente y también su poder testificado por todos con unanimidad, inmediatamente se convirtió en un suplicante suyo y le envió una carta a través de un correo pidiendo le concediera la liberación de su enfermedad.
3. No obstante, Jesús no respondió a su llamado entonces, pero juzgó que era digno de una carta particular en la que le prometía enviarle a uno de sus discípulos para procurarle la curación de su dolencia juntamente con la salvación para él y también para todos los suyos.
4. Poco después le cumplió la promesa. Luego de la resurrección de los muertos y la ascensión a los cielos de nuestro Salvador, Tomás —uno de los doce apóstoles—, impulsado por Dios, envió a Edesa como heraldo y evangelista de la enseñanza de Cristo a Tadeo (que pertenecía a los setenta discípulos de Cristo) y la promesa de nuestro Salvador se vio completada por medio de él.
5.Hay testimonio escrito disponible acerca de todo esto en los archivos de Edesa, que entonces era la ciudad de la Corte. Todo esto se halla conservado esmeradamente hasta hoy en los documentos oficiales de aquel lugar, que contienen los hechos antiguos y los contemporáneos de Abgaro. De todos modos, nada será tan exacto como escuchar las cartas que nosotros hemos sacado de los archivos y traducido del siríaco como sigue:
6. «Abgaro Ucama Toparca, a Jesús, Salvador bueno que se mostró en la región de Jerusalén, salud:
»He oído acerca de ti y de tus curaciones, llevadas a cabo por ti mismo como si prescindieras de medicinas y de hierbas, pues según la noticia que corre, haces que los ciegos vean y que los cojos anden, sanas a los leprosos y echas fuera espíritus impuros y demonios, sanas a los atormentados con enfermedades largas y resucitas muertos.
7.»Tras oír esto de ti creo que hay dos opciones. O eres Dios y habiendo bajado del cielo llevas a cabo estas obras, o puesto que las haces eres el hijo de Dios.
8. »Por esta razón, he escrito suplicándote que vengas a mí y me sanes de mi enfermedad. También he sabido que los judíos murmuran contra ti y quieren tu mal. Mi ciudad, aunque pequeña, es responsable, y será suficiente para ambos».
9. Así escribía estando entonces iluminado por un poco de luz divina. Sin embargo, merece la pena escuchar la respuesta de Jesús a través del mismo correo; una carta breve, pero contundente.
10. «Bienaventurado si creíste en Mí sin haberme visto. Pues de mí está escrito que los que me han visto no crean, para que también los que no me han visto crean y sean salvos. Pero acerca de lo que me escribes que vaya a ti, me es preciso cumplir todo mi cometido aquí, y, una vez realizado, sea tomado al que me envió. Mas cuando haya sido tomado te enviaré uno de mis discípulos para que te proporcione sanidad y vida a ti y a los tuyos.»
11. A estas cartas acompañaba también lo siguiente en siríaco: «Pero después de la ascensión de Jesús, Judas, llamado Tomás, envió como apóstol a Tadeo, uno de los setenta, el cual, habiendo llegado, se hospedó en casa de Tobías hijo de Tobías. Cuando se extendió el rumor acerca de él, se comunicó a Abgaro que había ido a aquel lugar un apóstol de Jesús, de acuerdo con lo prometido por carta.
12. »Así pues, Tadeo empezó con el poder de Dios a sanar toda enfermedad y debilidad, de manera que todos quedaban maravillados. Cuando Abgaro oyó los grandes y admirables hechos, y como sanaba, sospechó que se trataba del discípulo del cual Jesús le había escrito en la carta cuando le dijo: "Cuando sea tomado arriba en el aire, enviaré a uno de mis discípulos para sanar tu enfermedad."
13. »Mandó llamar a Tobías, en casa del cual se hospedaba, y le dijo: "He oído que posa en tu casa un hombre poderoso, envíamelo." Tobías se dirigió a Tadeo y le dijo: "Abgaro, Toparca, me llamó para decirme que te llevara a él para que le sanes." Tadeo le dijo: "Subiré yo, que he sido enviado a él con poder."
14. »Madrugando el día siguiente, Tobías tomó a Tadeo y fue a Abgaro.Tadeo llegó estando en pie los magnates del rey, y en el preciso momento en que él entró se apareció a Abgaro una gran visión de la faz del apóstol Tadeo. Cuando Abgaro le vio se prosternó ante Tadeo, sorprendiendo a los presentes; pues no veían la visión que sólo se apareció a Abgaro.
15. »Entonces preguntó a Tadeo: "¿Eres tú en verdad el discípulo de Jesús, el hijo de Dios, que me dijo: 'Te enviaré uno de mis discípulos, el cual te proporcionará sanidad y vida'?" Y Tadeo dijo: "Porqúe has creído en gran manera en el que me envió, he sido enviado a ti, y de nuevo, si creyeres en Él, tendrás los ruegos de tu corazón."
16. »Abgaro respondió: "Hasta tal punto creí, que hasta incluso deseé tomar un ejército y destruir a los judíos que lo crucificaron, si no hubiera sido por el rechazo del Imperio Romano." Pero Tadeo le dijo: "Nuestro Señor cumplió la voluntad de su Padre."
17. »Le dijo Abgaro: "Yo también he cerído en Él y en su Padre." Y Tadeo respondió: "Por esta misma razón pongo mi mano sobre ti en su nombre." Y al instante de hacerlo Abgaro fue sanado de su enfermedad y de sus sufrimientos.
18. »Abgaro se maravilló de que aquello que había oído acerca de Jesús ahora lo confirmaba éon los hechos, por medio de su discípulo Tadeo, el cual, prescindiendo de medicinas y de hierbas, le sanó, y no sólo a él, sino también a Abdón, hijo de Abdón, que tenía gota. Este también acudió a Tadeo y, postrándose a sus pies, fue sanado mientras suplicaba con sus manos. Tadeo también sanó a muchos conciudadanos y anunciaba la Palabra de Dios, haciendo maravillas y grandezas.
19. »Luego Abgaro dijo: "Tú con el poder de Dios haces estas cosas y nosotros nos maravillamos por ellas. Pero yo también te suplico que nos des a conocer acerca de la venida de Jesús: cómo tuvo lugar, y de su poder, con qué tipo de poder realizó las cosas que yo he oído."
20. »Tadeo replicó: "No hablaré ahora, pero ya que fui enviado a proclamar la palabra, mañana reúne a todos los ciudadanos y les predicaré sembrando en ellos la Palabra de Vida. Entonces hablaré de la venida de Jesús; cómo fue; de su cometido, por qué fue enviado por el Padre; con qué poder lo hizo; de la novedad de su enseñanza, de su pequeñez y de su humillación; cómo se humilló a sí mismo, se desprendió de su divinidad y la empequeñeció, y cómo fue crucificado, y cómo habiendo descendido al Hades derribó la barrera que había estado cerrada por los siglos y resucité muertos, y cómo a pesar de haber descendido solo, ascendió a su Padre con una multitud, cómo está sentado en los cielos con gloria a la diestra de Dios Padre, y cómo vendrá de nuevo con poder para juzgar a los vivos y a los muertos."
21. »Por lo tanto Abgaro, ordenó que al alba se reunieran sus ciudadanos y prestaran atención al mensaje de Tadeo. También mandó que se diera a Tadeo oro y plata no acuñada. Pero él la rechazó con estas palabras: "Si hemos abandonado lo nuestro, ¿cómo tomaremos lo ajeno?"»
22. «Esto tuvo lugar en el año 340».
Por el momento, este relato traducido del siríaco, no será inútil y me parece suficiente.
Fuente: Historia Eclesiástica, de Eusebio de Cesarea, tomo I, capítulo 13.